En su uso más simple, la palabra packaging se refiere simplemente al envase, envoltorio o embalaje de un producto.
Sin embargo, el marketing se ha ocupado de ampliar sus aplicaciones para convertirlo en una parte decisiva de la estrategia para posicionar un producto en el mercado.
Y es que, si lo pensamos bien, el packaging funciona como primera impresión frente al cliente potencial.
Y esto, de por sí, parece motivo más que suficiente para prestarle atención desde un punto de vista comercial. Pero la importancia del packaging en el mundo del marketing no se detiene ahí.
Packaging: ¿por qué es importante en marketing?
Ya lo hemos visto: el packaging es como la primera impresión de una primera cita.
Y las marcas no iban a desaprovechar la oportunidad de utilizar este primer contacto para comunicar y transmitir sus valores.
Más allá todavía, el packaging es una oportunidad única para:
- Innovar y ser creativos para diferenciarse de la competencia.
- Reforzar la identidad de la marca y hacernos más reconocibles ante el consumidor.
- Facilitar información de vital interés sobre las características del producto.
- Influir en la decisión de compra de los consumidores.
Todos estos factores no se toman a la ligera, ya que forman parte de una estrategia que en marketing se llama branding.
¿Qué es eso del branding?
El branding está compuesto de todas aquellas acciones que ayudan a construir una imagen de marca y posicionarla en el mercado; es decir, diferenciarla de la competencia y ubicarla en la mente de los consumidores.
Para el branding, todos los elementos que comunican acerca de la marca son importantes. En esta categoría encontraríamos los elementos visuales y gráficos, como el logotipo, la tipografía, el naming o los colores elegidos por la marca.
Para una empresa que vende productos, el packaging es, por tanto, un elemento visual fundamental en el que su branding tiene que quedar plasmado.
A estas alturas, queda claro que la función del packaging va mucho más allá de proteger al producto de los agentes exteriores. Pero nos puede surgir una pregunta:
¿Puede realmente el packaging determinar una decisión de compra?
Como puedes imaginar, la respuesta es sí.
Según un informe de la consultora Nielsen, 2 de cada 3 compradores afirman adquirir un producto cuando el packaging les resulta atractivo.
Y este estudio solo nos habla de los casos en los que el consumidor es consciente de sopesar el packaging como uno de los elementos que influye en su decisión de compra.
En cualquier caso, el packaging es, junto al precio y la publicidad, la única información que el usuario tiene del producto y en la que se basa para decidir si lo compra o no.
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